sábado, 16 de abril de 2011

SAYA: VIVIR BIEN CON ALEGRIA EN COMUNIDAD


SAYA[1] : VIVIR BIEN CON ALEGRIA EN COMUNIDAD
El lenguaje fortalece nuestra identidad

´´Si yo fuera presidente formaría un puente desde los Yungas al  África, para volver a unirnos y construir una comunidad del vivir bien entre Diversos´´[2]


A manera de Introducción  
Nuestro país (2009) al igual que el Ecuador (2008) acaban de aprobar una nueva Constitución Política del Estado que refleja el cambio de paradigma en lo político, económico y lo social que por ende incluye las identidades lingüísticas de sus culturas. El Plan Nacional de Desarrollo, señala la importancia del vivir bien:
´´ (…) El Vivir bien expresa el encuentro entre Pueblos y Comunidades, respeta la diversidad e identidad cultural, significa ´´Vivir Bien´´ entre otros´´, es una convivencia comunitaria con interculturalidad y sin asimetrías de poder, ´´no se puede Vivir Bien si los demás viven mal´´, se trata de vivir como parte de la comunidad, con protección de ella, en armonía con la naturaleza, ´´vivir en equilibrio con lo que nos rodea´´. También  significa ´´Vivir Bien contigo y conmigo´´, que es diferente del ´´vivir mejor´´ occidental, que es individual, separado de los demás e inclusive a expensas de los demás y separado de la naturaleza (…)[3]
 La nueva Carta Magna –en ambos casos- sustituye una lógica neoliberal de desarrollo que atenta las relaciones del ser humano con la naturaleza y por otra parte la republicana, ambas carentes de términos deontológicos (ética-moral). El proceso Constitucional que inicio es hacia un nuevo horizonte integral del Vivir Bien (Suma Qamaña, allin Kawsay, Sumak Kawsay, Ñande Reko), estos términos lingüísticos claramente son mencionados  en el Plan Nacional de Desarrollo y que algún termino afroboliviano no existe, por ello, propongo (SAYA) más allá de su implicancia folclórica, es el del Vivir con Alegría en Comunidad, ´´desde´´ nuestra cosmovisión.
Los valores liberales desde los Derechos Naturales de la Constitución francesa que claramente fue asimilada por nuestros Estados, como el de la ´´libertad, igualdad, la propiedad y la seguridad´´ son reemplazados por los valores afrodescendientes, andinos y amazónicos. Reflejándose no más, las cosmovisiones de nuestras comunidades, en los valores como: la unidad, igualdad, dignidad, libertad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, responsabilidad, distribución y redistribución de los productos y bienes sociales, algunas de estas palabras son el reflejo de la Constitución francesa, pero habría que direccionar todos estos bellas palabras a la realidad del Vivir Bien con nuestra Com-unidad.

Ahora, nosotros desde la cosmovisión oriental de nuestras culturas nos centraremos en el lenguaje como el vehículo que posibilita la SAYA, desde uno de los valores liberales como el de ´´seguridad´´ que llegaría a constituirse desde nuestro entender cósmico como ´´el cuidado, el resguardo y respeto´´ del lenguaje, en nuestras comunidades, en el caso particular, de nosotros los afrodescendientes, que en más de 500 años somos parte del contexto Boliviano,  desde nuestras reivindicaciones, propuestas, modos de vida no solo en las tierras cálidas de los yungas, sino en cualquier punto de la geografía boliviana; en las ciudades cuya movilidad de gente joven afrodescendiente, es alojada por la búsqueda de oportunidades laborales y de estudio.
En el presente ensayo se dará énfasis a la identidad afroboliviana a través de nuestro lenguaje que en la actualidad aún hay un habla afroyungueña tradicional heredado por nuestros ancestros en las regiones de Nor, Sud Yungas e Inquisivi, espacios donde el afroboliviano fuimos fortaleciendo nuestra cultura junto con el jaq´i aymara.
El habla Afro-Boliviano aun vive en nuestras comunidades yungueñas se pueden identificar varios elementos lingüísticos en las actividades comunales y en la cotidianidad del trabajo, en los cocales, donde se da el akullicu, como espacio de interacción sociolingüística. Una lengua que nos da identidad de Ser Afro y con ello se posibilita la SAYA o Vivir Bien con Alegría.
Reencontrarnos no solo como seres orgánicos, sino como seres que generamos nuestro propio código lingüístico, de esta manera uniremos las piezas de un rompecabezas que fue dispersa del África Subsahariana a la Nueva América, a decir de Sheila S. Walker: ´´África es como un Osiris[4], fue
despedazada  y los pedazos fueron dispersados a través de la tierra (…) ´´ ´´Es nuestra responsabilidad recomponerla´´.
La manera de recomponer vía el lenguaje es una pretensión que si se puede, porque el hablar en nuestra lengua Afro-Boliviana, o como otros investigadores sociales se atreven a decir que es un ´´castellano mal hablado´´, no es así, porque la lengua afro-boliviana en los Yungas, está fuertemente interactuada por los abuelos, los jóvenes y los niños; cuando se habla en esos códigos las personas se sienten fortalecidas en la Saya que es un Vivir en comunidad que humaniza y que nos aleja de nuestras cadenas mentales.
En el último punto se destacara el fortalecimiento nuestra propia lengua desde las bases que somos nosotros los hablantes hacia las iniciativas y cooperación del Estado y especialista, de esta manera se puede hacer una planificación lingüística inclusiva,  en el albor del Estado Plurinacional.
En el desarrollo de los puntos del presente trabajo aproximativo a lo que puede llegar, a ser, un amplio trabajo rumbo a la tesis en E.I.B.AFRO, no se ahondará a explicaciones lingüísticas, sino más bien le reflejara desde mi propia experiencia vivencial en los Yungas (Coripata Nor Yungas) y con algunos aportes de autores que han estudiado lo Afro-boliviano.

1.    SAYA: Vivir bien con Alegría en Comunidad


Desde nuestros ancestros que empezaron de la nada a organizarse, en las tierras del Alto Perú, ahora Bolivia, se llego a alcanzar un gran desarrollo en las manifestaciones y por ende el Saya o Vivir bien con Alegría se da en los Yunkas o Nor y Sud e Inquisivi del Departamento de La Paz, tierra de jaq´is aymaras y afrodescendientes que se han sincretizado cultural e idiomáticamente.
La saya que es bien promovida en el folclore nacional, va más allá de lo conocido en cuanto al termino, es para nuestra comunidad afrodescendiente en los yungas y en las ciudades donde viven los migrantes afros, nuestra identidad, nuestra arma de reivindicación y sobre todo es nuestro ser como afrobolivianos; porque representa nuestro vivir cotidiano en comunidad, pero un vivir de reciprocidad, de solidaridad, de humildad con elementos siempre de alegría aun en la adversidad de las malas políticas nacionales que excluyen nuestra manera de concebir nuestra realidad.
La Saya como un paradigma que alienta a vivir sin egoísmos, alejándonos de modelos de vidas excluyentes e individualistas. El afrodescendiente no puede vivir sin la ayuda del compadre, del tío, del hermano y más aun, de los sabios abuelos de la comunidad, en este espacio todos saben Quién Eres, hijo de quien y que rol cumples en la comunidad, si tu accionar es perjudicial para los fines de hermandad y colaboración al crecimiento deontológico sobre todo  moral, será el fin de tu permanencia como comunario. La libertad no es la libertad francesa, sino una libertad que inicia y termina con el respeto al otro; desde el saludo en el día, en la tarde y en la noche: -buenos días, buenas tardes y buenas noches…tío (a)-  aunque este no sea tío (a) de sangre, también es importante en esa reciprocidad el ser buena minga, saber (cumplí)[5] el ayni o jornada laboral. Acá no cuenta pagar en dinero, sino cumplir el trabajo trabajando hoy por ti mañana por ti.
Vivir con Alegría en comunidad se da en varios espacios y tiempos, como en los cocales, cafetales, naranjales, en la reunión comunal, en el mercado, en la plaza, en las casas como los viernes de ch´alla, en las fiestas patronales de San Benito, San Martin, Virgen de Candelaria,… que con tambores y la coancha, este Saya, se profundiza a una Saya inter-comunitaria (la Saya del Vivir Bien que voy planteando en este trabajo junto con la saya como manifestación autóctona y folclórica que ya es conocida), en la que los que viven esa alegría no solo son afrodescendientes sino el Otro boliviano, sea aymara, quechua, guaraní, mestizo, etc.

2.    El Habla afroyungueña en la SAYA como un vehículo de nuestra auto-identidad.

Tonn…toon, toon…., empieza a sonar el Tambor Mayor, conocido como caja o bombo, lo que significa, es que todos deben agarrar sus instrumentos y los (as) bailarines ubicarse en sus lugares, porque el llamado lo está haciendo una persona mayor o una autoridad, cuando ya nos reunimos, se acuerda que cantar, cada quien tiene su Canto (cada coplero) pero luego todos (as) cantamos un solo Canto, hay una dinámica entre lo colectivo e individual y lo individual no puede desmarcarse del compas colectivo, porque todos (as) nos reivindicamos con nuestras demandas y propuestas al Estado o expresar en ese Canto alegre nuestras vidas, que es el Saya cotidiano que se vive en los Yungas, distinta manera a la de la ciudad, donde para empezar el joven afro oculta su habla tradicional yungueña por temor a ser discriminados.
Antes de ejecutar la saya folclórica se acuerda desde nuestra propia habla Afro-boliviana que no es un hablar mal el castellano, como claramente puntualiza John M. Lipski[6] en ´´El habla tradicional Afro-Yungueña´´:
En realidad no se trata de un “castellano mal aprendido” ni de un “castellano mal hablado”, sino de la expresión legítima de una comunidad que se deriva de los contactos entre el castellano y una variedad de lenguas africanas durante la época de la esclavitud. Hoy en día es la lengua nativa de los afrodescendientes en los Yungas; no es un balbuceo infantil o lenguaje de aprendiz. Por otra parte, el lenguaje afroboliviano tradicional es consistente en cuanto a sus diferencias con respecto al castellano andino, y esas diferencias no son errores sino palabras correctas dentro de este lenguaje especial.

Nuestro lenguaje Afro-Boliviano es una construcción histórica del lenguaje africano específicamente para nuestro contexto geográfico de los Yungas; tiene su influencia de las tribus Bantús y por las lenguas nativas como el aymara y quechua. Más aún desde la partida del África Subsahariana hasta nuestros días, la influencia hegemónica de la lengua castellana, que con todo este chayro lingüístico surge  el  Español Afro-Boliviano ´´Afro-Bolivian Spanish´´ como titula la versión original del libro del lingüista Lipski: ´´Este trabajo describe una insólita comunidad de habla afrohispánica, analizada por primera vez desde el punto de vista de la lingüística, y que parece ser la variedad lingüística afro-americana más antigua´´ (2008:20). En esta ocasión no corresponde profundizar elementos lingüísticos los cuales se harán posteriormente fruto de una investigación en los Yungas.
Un vivir desde el lenguaje, con la manera de cómo hablamos nos ayudaría a vivir más felices y nuestra autoestima se elevaría, dándonos beneficios que nunca imaginamos, si nuestro lenguaje la fortalecemos con el Saya o como lo hicimos con la saya folclórica no solo tendremos un diputado, sino un (a) presidente (a), pero cuando nosotros empecemos a Vivir como nos gusta vivir sin que ningún extraño nos quite la alegría que es nuestro carácter, con este vivir alegres en comunidad ha de ser nuestra fortaleza en el espíritu y mente donde anidan las cadenas que no nos dejan cainá[7] en comunión con el tío (a) de la comunidad.
Que nuestros tejidos fonéticos (la pronunciación) y de morfosintaxis (gramática) que hemos apropiado y negociado desde los viajes negreros ´´llevadas como nubes sin aguas por los vientos de la colonización´´ (ANGOLA: 2000, 28) hasta nuestra nueva tierra los Yungas, ahora esta herencia lingüística de nuestros ancestros es un correcto dialecto afroboliviano, como: y va que pue dicí? – ¿Qué es lo que dice?- no se pueden perder, porque con ello nos sentimos más identificados, capaces de organizarnos, proponer políticas de desarrollo desde el Saya o Vivir Bien con alegría.




3.    Hacia la revalorización y planificación de nuestra lengua Afro-Boliviana: desde las bases hacia el Estado o ´´de abajo hacia arriba´´

Respondiendo a la pregunta surgida en base al libro de Luis Enrique López ´´ Diversidad y ecología del lenguaje en Bolivia´´  ¿Qué implicaciones tiene para nuestros países y contextos, una planificación lingüística de abajo hacia arriba?
La planificación idiomática desde las bases o desde los actores de la comunidad lingüística es más constructiva que la imposición pensada de arriba, del pueblo afroboliviano hacia el Estado y que este tenga la capacidad de desarrollar estrategias consensuadas con la experiencia de los actores y con la experiencia quizás técnica del Ministerio de Educación o de la comunidad académica.
La realización de un diagnóstico que consensue a las bases y que estas validen lo que se pretende hacer desde el inicio al final de la planificación, posibilitara un desarrollo amplio de un plan lingüístico y su posible re-planificación y evaluación de lo que se hizo, siempre y cuando que las bases participen circularmente.
La necesidad de contar con especialistas en lenguas es importante cuando estos llegan a tomar en cuenta los comportamientos sociales de la comunidad y no imponer modelos aprendidos desde una lógica positivista sino más bien fusionar experiencias endógenas, lo que puede ayudarnos a construir lineamientos y estrategias en aras de fortalecer las fonéticas y gramáticas del lenguaje afroboliviano.
El estado o los especialistas que cuentan con los recursos económicos que es indispensable para planificar y ejecutar políticas lingüísticas deberían mejorar los datos censales y visibilizar a otras culturas que si existen como la afroboliviana.
Existimos en nuestras propias palabras y en nuestro propio lenguaje tradicional en comunidades afrodescendientes de Nor Yungas, sobre todo en el municipio de Coripata (Dorado Chico, Coscoma, Khala Khala) y en el municipio de Coroico (Tocaña, Chijchipa y sobre todo Mururata). Hemos existido desde antes de la creación de la República, antes de la reforma Agraria de 1952 era la lengua nativa de amplios sectores de Nor Yungas. En Mururata y Chijchipa y tal vez en otras comunidades más pequeñas, el lenguaje tradicional tiene vigencia entre grupos más jóvenes. En Sud Yungas se concentra en Chicaloma. La importancia de mencionar el espacio geográfico donde se Habla el Afro Boliviano es para decirle al mundo que aquí estamos y que si estamos es porque estamos haciendo Patria como cultura y que depende de nosotros mismos el de visibilizarnos desde políticas lingüísticas y sabiendo que tenemos el Patrimonio oral del lenguaje nuestro deber es preservarla y revalorizarla.

A manera de conclusión
Es pertinente destacar que el Vivir Bien con Alegría en comunidad está ligada lingüísticamente a nuestra manera de hablar que es la manera de expresar nuestro propio Canto, un canto cotidiano e inter-comunal, donde todos (as) participan sin distinción, incluyendo en este SAYA a Aymaras, Quechuas, guaraníes y mestizos los otros a nosotros que hacemos la diversidad idiomática y cultural del Estado Plurinacional de Bolivia que al igual que el Ecuador han iniciado un camino de lo más importante en el fortalecimiento de nuestras cosmovisiones indígenas Alba Ayala que nosotros desde nuestras propias lógicas y modos de Vivir como afrobolivianos proponemos, me atrevo a decir desde este trabajo que es un ensayo a lo que puede devenir un amplia investigación sobre la lingüística Afro Boliviana que ya algunos estudios a los cuales se le debe dar una continuidad más desde una mirada endógena-propia como afrodescendientes que derivara a propuestas y planificaciones idiomáticas ´´desde´´ nosotros que somos la base hacia el Estado y los especialistas que nos ayudaran a construir nuestra identidad y fortalecer el Saya que no solo es folclórica sino es un paradigma del Vivir Bien con Alegría en Comunidad que es nuestro carácter afroboliviano aún en las adversidades históricas y del diario vivir, que no solamente el Saya es vivir sin esfuerzo o trabajo, estas dos es la base de nuestra Bien Vivir; el tío (a) en la dinámica del ayni tiene que (i) a (trabajá) al cocal, que es la única manera de pagar el ayni.
Nuestro lenguaje afro tiene varios ejemplos como:
Juan diosolopai di tu bisita nojotro paso muy contento jai estos dias mi asti bolbe pue mi bisitá otro dia no nos asti ulbida pue mi lu asti saluda a tu lu famiya a tu lu huahua. [TRADUCCION: Juan gracias {Dios se lo pague} por tu visita; lo pasamos muy bien en estos días. Me debes volver a visitar en otro momento. No debemos olvidarnos. Me saludas a tu familia y a tus hijos]
Por ello será importante diseñar políticas lingüísticas que van a darnos una identidad liberadora en Pro de nuestro desarrollo como jaqis yungueños.




Bibliografía

-       ANGOLA, M. Juan
     2000    Raíces de un Pueblo. Cultura Afroboliviana, Producciones      CIMA, La Paz.
-       ESTERMANN, Josef ´´Paradigma andino, apuntes interculturales´´, Revista A diálogos, año 1, Numero 0, 2010, Editorial Verbo Divino, Cochabamba.

-       LIPSKI, John

2006             ´´El dialecto afroyungueño de Bolivia: en busca de las raíces del habla afrohispánica´´, Revista Internacional de Lingüística Iberoamericana 8. Pp. 137-166.
2008                 ´´Afro-Bolivian Spanish. Lengua y Sociedad en el Mundo Hispánico 20. Madrid-Frankfurt: Iberoamericana-Vervuet.
-       LÓPEZ, Luis Enrique
2006          “Pueblos indígenas, lenguas, política y ecología del lenguaje” en Diversidad y ecología del lenguaje en Bolivia. La Paz-Bolivia: PROEIB Andes / Plural editores. (17-40)

-       WALKER, Sheila
2010                 Conocimiento desde adentro, los afrosudamericanos hablan de sus pueblos y sus historias, Vol I, plural Ediciones, La Paz.


[1] Etimológicamente la palabra Saya viene del latín ´´Saga´´ que significa ropa exterior o falda de las mujeres.
Al bailar esas mujeres, giraban también sus sayas en redondo llevando así a los europeos a denominar esa danza bajo el nombre de Saya, como si fuera la Saya (vestimenta) la que bailaba.
Los europeos de entonces pronunciaban mal las palabras de los autóctonos de cualquier parte del mundo; por ejemplo Nzadi de los Kongoleses que significa ´´rio grande´´, fue pronunciada por los portugueses como Zaire.
Según algunas investigaciones realizadas por el Dr. Florindo Marques, que pudo comprobar que lo mismo sucedió con la palabra Saya, que viene de la palabra Kikongo NSAYA que significa trabajo en común y donde todas las personas, bajo, el mando de una cantante principal, trabajan cantando.
 Atreves de la saya las personas comparten alegrías, penas, nostalgias y si bien el baile de la saya para mucha gente el solo folklore para nosotros los Afrobolivianos es nuestra forma de vida. Porque aparte de ser nuestra máxima expresión cultural es el instrumento para nuestras reivindicaciones políticas, sociales y económicas, pero también es la expresión para fortalecer nuestra identidad, conocer a todos los afrodescendientes del mundo.

[2] Contenido de la musicología afroboliviana la Saya. Generalmente se la canta al en conjunto varones y mujeres.
[3] Plan Nacional de Desarrollo, ´´Bolivia Digna, Soberana, Productiva y Democrática para Vivir Bien´´, 2006-2011.
[4] Osiris era un rey benéfico del antiguo Egipto. Su rival, Seth, que quería el trono para sí, le tendió una trampa. Mató al rey y despedazó su cuerpo, dispersando los pedazos a lo largo y ancho de la tierra. La reina Iris, consorte del rey muerto, utilizó sus poderes divinos para descubrir cada pedazo. Osiris se convirtió en el dios de la resurrección: una excelente metáfora para la diáspora africana.




























































[5] Dentro de la gramática Afro-Boliviana este es un verbo, que son expresiones acciones y estados. El verbo tiene las siguientes formas: hablá (hablar), trabajá (trabajar), comé (comer), decí (decir), í (ir), sé (ser), viví (vivir), etc.
[6] Es catedrático de Lingüística y director del Departamento de Español, italiano y Portugués de la Universidad del Estado de Pennsylvania, Estados Unidos. Ha desempeñado la docencia en los Estados de Nuevo México, Florida, Houston y el Estado de Michigan.
[7] Es un término  que es común escuchar a la gente de los yungas afroyungueños y aymaras refiriéndose al quedarse en casa para hacer algunas tareas y no ir al cocal o a la huerta a trabajar. La base verbal de cainá es cainar que llega a constituirse como un verbo del habla Afro-Boliviano.

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